Cuando no sabes expresar tus emociones correctamente,
pueden suceder varias cosas, en función de cuál sea tu dificultad concreta. Por
ejemplo:
·
No eres capaz de transmitir a los demás
cómo te ha afectado su conducta, lo que sientes por ellos o lo que estás
sintiendo en un momento dado.
·
Tienes estallidos emocionales en los que pareces no ser capaz de controlar tus
emociones, ya sea estando con otras personas o estando a solas.
·
Estallas, te irritas o te sientes mal
por cosas que reconoces que no tienen importancia, reaccionando de forma exagerada.
·
No sientes nada, incluso aunque eres
consciente de que te ha pasado algo que debería hacerte sentir una emoción
negativa intensa.
·
Sientes una especie de bloqueo emocional
generalizado que te impide ser tú mismo, sobre todo cuando estás con los demás,
y te crea confusión porque cuando te bloqueas no sabes lo que sientes.
·
En vez de sentir lo que sientes, ignoras
tus emociones y tratas de sentir lo que crees que “deberías” sentir.
Es muy importante ser capaces de reconocer lo que
sentimos, aceptar
nuestras emociones tal y como son y aprender de ellas. Por tanto, cuando
sientas algo, puedes hacerte las siguientes preguntas:
·
¿Qué es exactamente lo que estoy
sintiendo?
·
¿Qué información puedo obtener de esta
emoción? Es decir, ¿qué me está diciendo acerca de la situación en que me
encuentro?
·
¿Por qué ha aparecido esta emoción justo
ahora?
·
¿Es esta emoción demasiado intensa o
exagerada?
·
¿Qué puedo hacer para manejar esta
emoción correctamente? ¿Qué estrategia es la más adecuada en este momento?
También puedes hacerte estas mismas preguntas acerca
de una emoción que ya ha pasado pero que crees que no supiste manejar
correctamente, como un estallido emocional o una reacción muy exagerada o fuera
de lugar.
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