viernes, 26 de septiembre de 2014

EJERCICIO PARA MANEJAR TU DIALOGO INTERNO


¿Cómo darte cuenta de tus pensamientos negativos, sobre todo cuando son tan rápidos y automáticos?

A través de tus emociones.

Nuestros sentimientos están provocados y/o mantenidos por nuestros pensamientos.
Cuando te sientas mal (angustiado, preocupado, enojado, etc.), pregúntate:

¿Si alguna persona se encontrara en esta situación y se sintiera…, qué podría estar pensando?
¿Qué pensaría de sí mismo?

Otra manera de darte cuenta de esos pensamientos, es utilizando lo que se conoce como el ejercicio de las frases incompletas:

Escribe en una hoja las siguientes frases:

Me siento (aquí pon lo que sientes), porque…
Me siento…, porque creo que…
Me siento…, porque pienso…
También creo que…
Me preocupa…
Las consecuencias de esta situación pueden ser…
Y yo…

Una vez escritas estas frases, termínalas rápidamente, sin pensar la respuesta.
Pon lo primero que te venga a la mente, sin analizarlo ni criticarlo.

Después analízalas y encontraras uno o varios pensamientos negativos que te están causando daño.
Cuestiónalos y cámbialos.

Procura borrar de tu mente y de tu vocabulario, las palabras siempre, nunca, todo y nada.
Cámbialas por casi siempre o muchas veces, casi nunca o pocas veces, casi todo o mucho y casi nada o poco.

Aparentemente es sólo un cambio de palabras, pero en realidad es mucho más.

Si dices siempre, no hay opción.
Implica todas, todas las veces, sin excepción.

Pero si dices casi siempre, quiere decir que en alguna ocasión fue diferente y si es así, con el tiempo van a ser dos, luego tres y así hasta que sean muchas.

Revisa tu historia personal, sobre todo tu infancia, para ver cómo y cuándo aprendiste a pensar así.
A criticarte, devaluarte, menospreciarte, etc.
Ningún bebé nace haciéndolo.

Si no te acuerdas, piensa en la forma de ser de las personas que fueron importantes en tu vida y de acuerdo a sus características, imagínate cómo fueron contigo.

O piensa que tendría que haber vivido un niño pequeño, para pensar y sentir como tú lo haces.
La manera de tratarnos es aprendida.
Así nos sentimos tratados.
Así nos tratamos después.

Recuerda que el cambio lleva tiempo y que no puedes trabajar, con éxito, en muchas cosas a la vez.
Ponte una
meta específica, sobre un solo aspecto y trabaja en ella hasta que la logres.
Entonces puedes pasar a otra.

Si crees que no tienes
fuerza de voluntad, revisa tus ideas al respecto, ya que todos la tenemos, pero no sabemos aplicarla.

Si piensas que no tienes la capacidad de lograrlo o que no te lo mereces, recuerda que son tus pensamientos negativos, aprendidos y equivocados, los que están hablando.

 

QUE ES EL DIALOGO INTERNO?


El diálogo interno es esa conversación que tenemos con nosotros mismos y que es la causa de muchos de nuestros sentimientos y conductas. Cambia esos pensamientos negativos y autocríticas para mejorar tu autoestima y lograr lo que deseas.
Pensamientos positivos = sentimientos positivos.
Todos tenemos un diálogo interno.
Son pensamientos que pasan rápidamente por nuestra cabeza.
En ocasiones, tan rápido, que no los percibimos conscientemente.
Pero nuestra mente sí los procesa, por lo que provocan en nosotros, diferentes emociones.
Algunas de ellas, muy relacionadas con el tipo de nuestra autoestima.
Por eso es importante conocer ese diálogo interno y cuando nuestros pensamientos son negativos  hay que cuestionarlos para cambiarlos por pensamientos realistas (PR).

Para poder hacerlo con mayor facilidad, imagínate que el pensamiento realista (PR) es lo que le dirías a la persona que más quieres, para convencerla de que está equivocada.
O lo que esa persona te diría a ti.
Si puedes hacerlo por escrito, es mucho mejor.
Cuando llegues a la frase que puede ayudarte a ver las cosas desde una perspectiva diferente, escríbelas en una tarjetita y ponla en algún lugar en donde la veas continuamente.
Si no quieres dejar la tarjeta a la vista, porque no quieres que los demás la vean, elige alguna figura, adorno, dibujo, etc., que te recuerde ese diálogo y esa frase y tenlo a la vista.
Al principio puede costarte trabajo, parecerte una tontería o que no vale la pena, pero si lo practicas, cada vez te va a ser más fácil y vas a convencerte de su utilidad.
Si al actuar, te sientes incómodo, no importa.
Ignora esa incomodidad, ya que todo lo nuevo nos la provoca.
Actúa como si fueras alguien muy seguro de sí mismo.
Recuerda que el pensamiento negativo. no refleja la realidad.
Es el resultado de un gran número de gestos y palabras que te dieron ese mensaje una y otra vez, a lo largo de muchos años.
Hasta que las creíste ciegamente y las hiciste propias.
Así como aprendiste a pensar negativamente, puedes aprender a hacerlo de una manera más realista y más positiva.

Al buscar en nuestro pasado la causa básica de nuestra autoestima, no se trata de buscar culpable, de abrir viejas heridas o de enojarnos con alguien.
Nuestros padres, hermanos, maestros, etc., hicieron lo que podían o sabían hacer, de acuerdo a sus propios pensamientos negativos o equivocados.
De acuerdo a su autoestima, sus temores, preocupaciones, etc.
Nadie puede dar lo que no tiene (emocionalmente) o no sabe dar, a menos que haga un esfuerzo consciente por cambiar.
Ellos eran o hicieron lo que aprendieron a hacer y lo que creían que era lo mejor.
Se trata de encontrar la razón de las conductas, pensamientos y sentimientos que nos hacen sufrir y aceptar que no tenemos porque castigarnos o criticarnos por ellos.
Los aprendimos cuando no teníamos la capacidad de cuestionarlos.
Pero si ahora puedes entender la causa de tus sentimientos, autoestima y conductas, contigo mismo y con los demás, puedes hacer los cambios necesarios para tener una vida mejor.

ATRAPADO EN LA AUTOCOMPASIÓN? . EJERCICIO DE AYUDA


La autocompasión nos mantiene atrapados, sin que nos demos cuenta de ello y nos impide avanzar por la vida y disfrutar de la misma.
Evita que el sufrimiento y los problemas te lleven a la autocompasión y a sentirte víctima de las circunstancias o de los demás.

¿Por qué nos auto compadecemos?
La autoestima baja es uno de los mayores obstáculos en nuestra vida.
Nos hace sufrir y nos impide lograr aquello que deseamos.
Cuando nuestra autoestima es baja y no logramos el éxito deseado, buscamos un culpable.
Ya sea que nos culpemos a nosotros mismos o que culpemos a los demás, a la vida, la suerte, Dios, etc., si nos sentimos indefensos e incapaces de cambiar la situación, podemos acabar auto compadeciéndonos.
La autocompasión en sumamente limitante pero difícil de reconocer y aceptar, porque le damos un significado equivocado.
Para mucha gente significa estar "mal", ser débiles, incapaces y menos valiosos que los demás.
Esta forma de pensar es errónea.
En realidad lo único que indica la autocompasión, es que:
1. Durante nuestra infancia aprendimos una actitud que nos impide, actualmente, solucionar nuestros problemas y tener una vida mejor.
2. Necesitamos aprender a analizar la situación y nuestras habilidades, de una manera diferente.
Con frecuencia sentimos que nuestra vida y nuestras opciones están limitadas, sin darnos cuenta de que dicha limitación está causada por la autocompasión.
Todos hemos sufrido y todos hemos fracasado.
La diferencia entre los que se auto compadecen y los que no, es que los primeros se dedican a ver todo lo malo que les ha pasado y que no han podido evitar o solucionar y los otros se enfocan en lo que quieren que les pase y en lo que necesitan hacer para lograrlo.
Cuando creemos que nosotros tenemos poco o ningún control sobre lo que nos sucede, que el mundo y/o los demás se aprovechan de nosotros o nos causan daño, acabamos sintiéndonos incapaces y desempeñando el papel de víctimas.

Revisa tus emociones.
¿Cómo te sientes la mayor parte del tiempo?
¿Te sientes impotente, con poco control sobre tu vida?
¿Enojado con el mundo, la vida, Dios, tus padres, etc.?
Vives una gran parte del tiempo con la sensación de que, por mucho que hagas, no resuelves tus problemas y tu sufrimiento?
Si tus respuestas son afirmativas, tiendes a autocompadecerte y a sentirte víctima.
Recuerda que esta sensación, no es un reflejo de la realidad actual.
Es el reflejo de nuestras vivencias infantiles y del pensamiento y la percepción de un niño que vivió hace mucho tiempo.
Cuando nos autocompadecemos, no nos damos cuenta de que nuestra actitud es la que nos impide mejorar y buscar la solución adecuada.
Una actitud equivocada que aprendimos cuando éramos pequeños y estábamos realmente indefensos o cuando imitábamos algún adulto importante en nuestra vida.
Pero hoy, ya no somos ese niño pequeño, vulnerable e indefenso.
Hoy podemos cuestionar lo que se nos dijo y los modelos que tuvimos.
Cuando nos autocompadecemos, no podemos aceptar la responsabilidad de lo que le sucede.
Esta actitud puede ser el resultado de una realidad vivida.
El sentimiento de ser una víctima, no es inventado, pudo haber sufrido un abuso físico, sexual o emocional durante la niñez, la juventud e incluso la edad adulta.
La persona que vivió algún abuso, sí fue una víctima de las circunstancias, porque debido a su edad o situación, no tuvo ni la fuerza ni la capacidad y conocimientos para cambiar esa situación o alejarse de ella.
Pero cuando vive compadeciéndose y sintiéndose víctima, esos pensamientos y sentimientos vividos durante la niñez, siguen dominando su vida.
Sin darse cuenta, de que ella es ahora, su propio victimario.
Desarrolla un plan de vida.
Cuando tenemos metas claras, podemos motivarnos con mayor facilidad y reconocer los pasos necesarios para lograrlas.
Esto le da un sentido y un significado a nuestra vida, nos proporciona la sensación de control y aumenta nuestra autoestima.
Enfócate en los aspectos positivos de tu vida.
Todos los tenemos, simplemente no estamos acostumbrados a verlos o a reconocerlos.

EJERCICIO PARA ELIMINAR LA CULPABILIDAD INUTIL


 
Cuando te sientas culpable, en lugar de regañarte, atacarte, calificarte negativamente y evaluarte, enfócate en tú conducta.
Analiza qué fue lo que hiciste o dejaste de hacer.
En función de qué, estás calificándolo como malo.
Piensa si estas juzgándote con ideas o valores de otras personas o de otros tiempos.

Pregúntate:

¿Estoy dañando a alguna persona o a mí mismo?
¿Lo podía haber evitado, sin causar problemas mayores?
¿Cuáles fueron las circunstancias que influyeron en mí conducta?
¿Qué sentimientos contribuyeron?
¿Cuáles eran mis opciones y por qué elegí actuar así?

Responder honestamente a estas preguntas, no "borra" la conducta y las consecuencias de la misma.
Pero nos puede ayudar a:

·         Comprender el porqué de mis acciones,

·         verlas como una mala decisión, basada en el aprendizaje de mi niñez o en la presión de mis emociones,

·         analizar si mis expectativas son demasiado altas, debido a una baja autoestima,

·         centrarme en mi conducta para corregir, si es posible,

·         aprender, para no volver a actuar de la misma manera,

·         revisar mis creencias y valores, para ver de dónde vienen y si actualmente son validos y adecuados o no.

Cuando la culpa que tú sientes, está causada por las palabras de los demás, haz las mismas preguntas pero en relación a ellos y descubre que tanta validez pueden tener.

No importa lo que nos digan.
Es nuestra responsabilidad analizarlo y aceptarlo o negarlo, de acuerdo a nuestras conclusiones y metas.

Si tú no quieres sentirte culpable, nadie puede obligarte.
Son tus pensamientos los que provocan y mantienen la culpa.
Y , eres el que los maneja.

¿Sabes que muchas veces mantenemos el sentimiento de culpa, porque nos ayuda a sentirnos menos "malos"?
Pensamos qué, si realmente fuéramos tan malos, no sentiríamos culpa.
Esta es una creencia completamente equivocada que no nos ayuda, sólo nos perjudica.

Trabajar en los sentimientos de culpa no es fácil.
Pero si aprendemos a responsabilizarnos, sin sentir una culpa negativa, nuestra conducta y nuestros sentimientos mejoran de una manera impresionante.


TE SIENTES CULPABLE?


La culpa es una de las emociones más comunes.
También es una de las que más nos desgasta y daña de manera importante, nuestra autoestima.
Todos nos hemos sentido culpables en más de una ocasión.
La culpa surge cuando pensamos que hicimos algo malo.
O cuando creemos que deberíamos haber hecho algo y no lo realizamos.
 
 
Podemos hablar de dos tipos de culpa:
• Positiva,
• negativa.
 
La primera es aquella que nos sirve para darnos cuenta de que actuamos mal, nos permite analizar y corregir nuestra conducta y aprender de lo que sucedió.
En este caso más que hablar de culpa, hablamos de responsabilidad.
La culpa negativa es aquella que nos lleva a pensar y repensar en lo que estuvo mal y en cómo nuestra conducta demuestra que somos malos, tontos, etc.
Reconocemos lo mal que nos sentimos, pero no hacemos nada al respecto.
Sólo recordamos y revivimos la situación una y otra vez y en cada ocasión nos devaluamos, disminuyendo nuestra autoestima.
Este tipo de culpa:

1. Es inútil,
2. afecta nuestra salud física y emocional y
3. nos paraliza, es decir, nos impide actuar.

Generalmente pensamos que una mala acción provoca culpa.
Pero no siempre es así
¿Has notado que, ante una misma conducta o situación, no todas las personas se sienten culpables?
¿Sabes a que se debe esta diferencia?
La culpa no está provocada por lo que hacemos, sino por la manera en que consideramos una situación y nos calificamos por ella.

¿Te has dado cuenta que hay personas que se siguen sintiendo culpables por algo que sucedió hace muchos años?
¿Crees que esa culpa los ha beneficiado?
El problema no está en reconocer que actuamos mal o que le causamos daño a alguien.
Si nos detenemos en este punto y a partir de ellos corregimos, está bien.
Ese reconocimiento es indispensable para poder relacionarnos y para tener una vida mejor.
El problema es que decimos:
Hice… y está mal.
No debería haberlo hecho, por lo tanto yo soy…
Nos ponemos una etiqueta negativa y nuestro pensamiento gira y gira alrededor de esa etiqueta, devaluándonos y disminuyendo nuestra autoestima.
La culpa surge cuando nos calificamos por nuestras acciones, pensamientos y sentimientos.
¿Pero te has dado cuenta, cuantas veces estás juzgando con parámetros o valores de otras personas, que no se aplican a ti, que ya son obsoletos o imposibles de cumplir en esta época?

COMO MANEJAS LA CRITICA? EJERCICIO DE AYUDA.


 
 
La crítica es parte de nuestra vida diaria, pero nadie puede hacernos sentir mal, si nosotros no lo permitimos.

No permitas que la crítica te dañe.  
Úsala positivamente. Las críticas son inevitables
 

¿Qué haces cuando te critica la gente?

¿Te enfadas?
¿Los criticas o atacas?
¿Los ignoras?
¿Aceptas la crítica?

La respuesta inicial ante la crítica, casi siempre es negativa.
No nos gusta sentirnos criticados.

Sin embargo, la crítica es parte de nuestra vida diaria, principalmente por dos motivos:

1.     Todos los días nos enfrentamos a diferentes actividades, opciones, decisiones que tenemos que tomar, etc., entre las que tenemos que elegir.

Para hacerlo, tenemos que calificar dichas opciones en algún punto entre dos opuestos: bueno-malo, adecuado-inadecuado, útil-inútil, etc.
La evaluación es parte del pensamiento de todo ser humano.

 
2.     En nuestra cultura estamos acostumbrados a prestarle más atención a lo negativo que a lo positivo.
Vemos más fácilmente los defectos y los problemas, que las cualidades y las oportunidades.

 


 

¿Te has dado cuenta de que cada persona responde de distinta manera ante la crítica?
Pensamos que esto depende de si la crítica es constructiva o destructiva.
Pero no es así.

Incluso la misma crítica hecha por dos personas diferentes (un amigo y nuestra pareja o jefe), pueden provocarnos respuestas y emociones totalmente opuestas.

¿Por qué?
Porque no depende de lo que nos dicen, sino de lo que pensamos al respecto.

Existen tres elementos básicos que pueden hacer la diferencia entre una crítica constructiva y una destructiva:

1.     La intención con que se dice.

2.     Las palabras que se dicen.

3.     La manera de decirlas.

Sin embargo, aun la crítica más destructiva puede tener un efecto mínimo en una persona y una crítica constructiva, dicha en el lugar y momento adecuado, con la mejor intención y con las palabras elegidas cuidadosamente, pueden lastimar profundamente a una persona.

Porque independientemente de la crítica y de quien la hace, la diferencia está en quien la recibe.
En la importancia e interpretación que le damos, tanto a las palabras y gestos que recibimos, como a la persona que la hace.

Cada persona responde de manera diferente, de acuerdo a los siguientes elementos:

·         Las experiencias vividas a lo largo del tiempo.

·         nuestro nivel de autoestima,

·         el tipo de relación con la persona que nos critica,

·         nuestros sentimientos en esos momentos,

·         la intención que le damos a la persona que nos está criticando

·         nuestro estilo de pensamiento y

·         la manera en que interpretamos lo que nos está diciendo.

Todo lo anterior hace que nuestra respuesta sea subjetiva (basada en los sentimientos y no en la lógica) y puede, incluso, no tener nada que ver con lo que estamos escuchando.

EJERCICIO.

Cuando te sientas criticado analiza tus sentimientos y si la crítica te molestó, escribe en un papel "estoy molesto porque…" y completa dicha frase 4, 5 o más veces, con lo primero que te viene a la cabeza.

Ahora analiza lo que escribiste y responde a las siguientes preguntas:

1.     ¿Me enfadé porque fue… quién me lo dijo?

2.     ¿Por la manera en que lo hizo?

3.     ¿Por el momento que eligió?

4.     ¿Porque creo que es injusto?

5.     ¿Que lo hizo por molestarme o hacerme sentir mal?

6.     ¿Porque puede tener algo de razón?

Revisa nuevamente tus respuestas y saca tus conclusiones.
Piensa, qué parte de la crítica puede ser verdad o cuál puedes utilizar para mejorar.

Si la crítica no es constructiva y no está basada en hechos reales, lo mejor es no hacer caso a ésta y seguir adelante con tu vida.

PORQUE NOS CAUSA DOLOR LA COMPARACION CON LOS DEMÁS?



La comparación con los demás puede causarnos mucho daño. No permitas que el resultado de compararte con los demás, determine tu valor como persona, tus sentimientos, pensamientos o el rumbo de tus acciones.









 
 
Desde que nacemos y nos encontramos en la cuna del hospital, empiezan las comparaciones.
"Es más chiquito o más grande que…"
"Tiene menos pelo que…"
"Pesa más que…"

Escuchamos hablar y vemos actuar a nuestros padres y a personas que admiramos y los imitamos.
Adoptamos su forma de pensar.

Así aprendemos a compararnos con los demás y a calificarnos de acuerdo a los resultados obtenidos.
Así, el "yo soy más que,,," o "menos que…", pasa a formar parte de nuestro vocabulario diario.

Y a partir de ese momento, las comparaciones nos acompañan a lo largo de toda la vida.
A veces las hacemos nosotros mismos y en ocasiones las hacen los demás.

Pueden ser en el aspecto físico, social, económico, intelectual, deportivo, etc., etc., pero siempre tenemos que tener cuidado con ellas.

La comparación tiene un aspecto positivo y uno negativo.

Es positiva, cuando nos permite darnos cuenta de que existe una gran variedad de formas de pensar, sentir, actuar y vivir.
Cuando nos sirve como guía o modelo para ciertos aspectos o cosas que deseamos aprender o cambiar.

Pero es negativa, cuando:

·         La utilizamos para devaluarnos o devaluar a la gente que nos rodea.
·         Para calificar a las personas como si fueran simples objetos.
·         Nos provoca dolor y hace que nuestro bienestar dependa de los demás.
Porque, desde este punto de vista, yo estoy bien, sólo si los demás están mal y al revés.
Si los demás destacan más que yo, automáticamente "valgo menos" que ellos y por lo tanto, estoy mal.

 
Esta última actitud fortalece los aspectos negativos de nuestra personalidad:
Envidia, rencor, celos, etc., lo que fomenta la mentira y una visión rígida y limitada de la vida.

Cuando esto sucede, en un intento de no devaluarnos, nos centramos en encontrarle defectos a todo el mundo.
Deteriorando nuestras relaciones, evitando que disfrutemos de los aspectos positivos de las personas que nos rodean y provocándonos un gran desgaste emocional.


¿Qué hacer?

No te compares con los demás y si otras personas lo hacen, no lo tomes en cuenta.
Recuerda que compararse es doloroso e innecesario y es una conducta basada en errores de nuestro
estilo de pensamiento equivocado: generalizar, pensamiento extremista, detallista y etiquetador.

No podemos, ni debemos, valorarnos en función de una comparación equivocada.

¿Qué es mejor, una fruta o una verdura?
Depende de para quién, de lo que se tome en cuenta (sabor, vitaminas, fibra, facilidad para conseguirla o cocinarla, efecto en la digestión, etc.).
Ambas son alimentos, pero no son lo mismo.

Lo mismo sucede a nivel psicológico y emocional.
Nadie es exactamente igual a ti.

Nadie tiene las mismas características, en las mismas proporciones y combinaciones.
Y nadie ha vivido, todas las experiencias que tú has vivido y de la misma manera.
Este último aspecto, ya hace toda la diferencia.

Por lo tanto, al compararte, comparas cosas diferentes.
Como comparar frutas con verduras.

Además, cuando nos comparamos, tomamos sólo unos cuantos rasgos o características de nosotros, generalmente aspectos que no nos gustan mucho y los comparamos con personas que tienen esos rasgos como a nosotros nos gustaría tenerlos.
O como creemos que los tienen, porque hay muchas cosas en esos aspectos que ni siquiera podemos ver.

No tomamos en cuenta lo que ellos tienen "mal".
Ni tomamos en cuenta todos los aspectos "positivos" que tenemos.
Con frecuencia, porque los negamos o les quitamos importancia.

LA AUTOESTIMA


 

La autoestima podemos definirla como la valoración que hacemos de nosotros mismos a partir de las experiencias y sensaciones que hemos experimentando a lo largo de la vida. De ella dependen en gran medida las expectativas que tenemos sobre nosotros mismos y el autoconcepto, ese aspecto fundamental para triunfar en aquello que nos proponemos.

 
El desarrollo de la autoestima

Nadie nace con un nivel de autoestima determinado. La autoestima se va desarrollando a lo largo de nuestra existencia. Para ello intervienen diversos factores que se podrían clasificar en dos grandes grupos:

Factores ambientales o perienciales (el contexto): los acontecimientos, anécdotas, circunstancias, etcétera que vivimos a lo largo de nuestra vida son algunos de los componentes principales que influyen de manera determinante en nuestro nivel de autoestima, haciendo que esta sea alta o baja. Dentro de este grupo se incluye también nuestra forma de resolver los problemas y el resultado de la misma, que nos hará sentirnos personas más o menos competentes ante la adversidad. También dentro de este grupo de factores destacan las personas que nos rodean. La gente que forma parte de nuestra vida, su manera de tratarnos, los mensajes que nos dan… pueden hacer que aprendamos a vernos de una forma determinada. Ejemplo de ello es cuando muchas veces nos damos cuenta de estar repitiéndonos los mismos mensajes que nos daban nuestros padres o profesores o que nos dan en la actualidad nuestros amigos o nuestra pareja. En muchos casos, ellos son la voz interior de nuestra autoestima.
factores cognitivos (nuestra mente): tan importante es lo que nos pasa en la vida como la interpretación que le damos a lo ocurrido. En este sentido, la explicación que damos a nuestros éxitos y fracasos influirá de forma muy importante en nuestra autoestima. Todo ello tiene que ver con el terreno de las atribuciones. Por ejemplo, no es lo mismo creer que hemos aprobado un examen por suerte, que creer que lo hemos conseguido gracias a nuestro esfuerzo. Al mismo tiempo, la forma de ver el mundo influirá enormemente en cómo nos sintamos y dicho sentimiento afectará a su vez a nuestros niveles de autoestima. Por ejemplo, hay personas que ante un mínimo error ya consideran que todo lo hacen mal dejando su autoestima a niveles muy bajos.

Estos elementos dan lugar por lo tanto a nuestra autoestima, la cual se compone a su vez de diferentes partes, que no tienen por qué estar relacionadas entre sí, y que tienen que ver con “lo que es una persona”: la autoestima intelectual, física, social, familiar, profesional, etcétera. Estos componentes tienen que ver con cómo nos vemos en distintos ámbitos de nuestra vida.

TEST PARA MEDIR TU AUTOESTIMA



¿Te sientes bajo de ánimos, o falto de seguridad en ti mismo?, ¿crees que será pasajero, o es más bien un rasgo de tu personalidad?...
A veces estamos alicaídos y dudamos de si será un problema serio, si simplemente estamos pasando un bache, que no durará mucho tiempo y no dejará consecuencias, o si tal vez estemos haciendo una montaña de un grano de arena.
No le des más vuelta y comprueba con este test de autoestima tu nivel anímico:



1. Cuando me comparo con otras personas:…

a. Me siento fatal destacando sus virtudes y afianzándome en mis defectos.
b. Me encuentro bien conmigo mismo, cada uno tiene su encanto.
c. Hay algunas cosas que envidio de ellas sintiéndome algo inferior.

2. En lo que respecta a mi trabajo…

a. Estoy bastante satisfecho con mi rendimiento.
b. Me consta que no podré superar nunca el rendimiento de algunos de mis compañeros.
c. Casi todo el mundo lo hace mejor que yo.

3. Cuando me miro al espejo

a. En general, me gusta lo que veo.
b. Me cambiaría muchas cosas o casi por completo.
c. Tengo algunos “defectillos” que me avergüenzan.

4. Creo que la gente que me rodea…

a. Lo pasan bien conmigo.
b. Se aburren enormemente cada vez que quedamos juntos.
c. Lo pasan bien conmigo pero no tanto como con otras personas.

5. Cuando alguien me critica…

a. En seguida me vengo a bajo.
b. Intento aprovechar la crítica para crecer como persona.
c. Dependiendo de la persona y/u ocasión me siento bastante inseguro.

6. En lo que respecta a mi entorno familiar (familia, pareja, etc.)…

a. Me siento muy valorado y querido.
b. Alguna vez que otra siento que no me tratan como merezco.
c. Soy un cero a la izquierda.

7. La opinión de los demás sobre mí…

a. Me importa muchísimo pues me afecta enormemente lo que piensen.
b. Es una opinión más que tengo en cuenta, pero no más que la mía propia.
c. Puede llegar a cambiar bastantes cosas en mi comportamiento.

8. Cuando conozco a gente nueva…

a. Voy tranquilo porque generalmente agrado a la gente.
b. Lo paso fatal, en mí hay algo que no gusta del todo.
c. A veces me siento algo inquieto por la impresión que pueda causar.

9. Cuando he cometido una torpeza graciosa (como tropezarme, romper una silla, etcétera delante de la gente)…

a. Me avergüenzo muchísimo, siempre me toca a mí hacer el ridículo.
b. Me río con la gente sacando la parte divertida de la situación.
c. Intento que pase cuanto antes pues me da algo de vergüenza.

10. A la hora de tomar decisiones…

a. Me siento seguro de mí mismo.
b. Necesito que sean aprobadas por gente que considero mejor que yo.
c. Aunque decido yo, suelo darle demasiadas vueltas.

11. Si una persona a la que aprecio (amigos, pareja, etcétera) me habla mal…

a. Me callo, la verdad que a veces merezco que me hablen así… sé que es por mi bien.
b. No lo tolero. Aunque me haya confundido merezco que me traten con respeto.
c. Protesto aunque muchas veces siento que esa protesta no es suficiente para que la otra persona me deje de hablar así.

12. Ante las situaciones difíciles…

a. Tengo en cuenta mi experiencia en situaciones similares para poder afrontarlas.
b. Tengo miedo por sentirme indefenso ante ellas por lo que busco la ayuda de otras personas.
c. Siento ansiedad por temor a equivocarme pero intento afrontarlas yo solo.








Claves y resultados del test de autoestima
Suma los puntos obtenidos en el test anterior para comprobar cuál es el estado de tu nivel de autoestima. Estas son las claves:

1. a= 0  b=2  c=1
2. a= 2  b=0  c=1
3. a= 0  b=1  c=2
4. a= 0  b=2  c=1
5. a= 0  b=2  c=1
6. a= 0  b=1  c=2
7. a= 2  b=1  c=0
8. a= 0  b=1  c=2
9. a= 1  b=0  c=2
10. a= 2  b=1  c=0
11. a= 0  b=2  c=1
12. a= 2  b=0  c=1

0-8 puntos - Tu autoestima está en número rojos
Está claro que no te gustas. Debes tener cuidado pues tu bajo nivel de autoestima puede traerte varias emociones negativas (tristeza, inseguridad…), además de restarte competencia en situaciones importantes de tu vida. Busca tus puntos fuertes y lo que te falte que sea tu reto para dirigir tu camino.

8-16 puntos - La autoestima justa
Es verdad que, en general, estás contento contigo mismo. No obstante, tu autoestima puede verse dañada ante situaciones en las que temes que te valoren de forma negativa. Un truco para que estas situaciones no venzan tu buen auto-concepto es aprovechar estas para aprender más cosas sobre ti y mejorar.

16-24 puntos - Te sobra autoestima
Enhorabuena, en los tiempos que corren pocas personas se quieren tanto. Esto hará que experimentes emociones positivas y una mayor percepción de autocontrol que mejorará tu vida en diferentes ámbitos. Ahora bien, mantén los pies en la tierra y ten en cuenta la opinión de los que te conocen bien.

martes, 23 de septiembre de 2014

PNL: ¿PARA QUE ME SIRVE?


 


Estarás  pensando que la descripción de las siglas  esta muy bien y muy bonito, pero ahora viene la pregunta… ¿Qué puede hacer la PNL por mi? ¿Qué puedo conseguir gracias a la PNL? Como has podido deducir, la PNL es entender el funcionamiento de nuestro cerebro y aprender a utilizarlo mejor, por lo tanto la PNL puede ayudarnos en cualquier faceta de nuestra vida, es la navaja suiza de las terapias. Las áreas donde es especialmente aplicable son las siguientes:

Comunicación: para un buen orador el entender cómo funcionan nuestros procesos internos y los de los demás le aporta una  ventaja a la hora de comunicarse, ya que podrá adaptar el mensaje a su interlocutor. Buscando así aprovechar sus propios puntos fuertes, así como los mecanismos necesarios para conectar mejor con nuestro interlocutor o audiencia. Así que os estaréis imaginando su gran potencial tanto en la comunicación interpersonal, oratoria o negociación. 

Consecución de Objetivos: con la PNL podremos formular nuestros objetivos de forma que su consecución dependa de nosotros mismos, generando estados de recursos que nos ayuden a lograrlos, dentro de la PNL estos recursos de ayuda al éxito se llaman anclajes

Eliminación y gestión de bloqueos emocionales y mentales: que os parece disponer de la capacidad para anular los procesos que crean miedos, fobias, inseguridades… Estos “bloqueos” suelen venir de experiencias pasadas que nos han marcado. Con la PNL se pueden modificar la representación interna que tienen estos acontecimientos en nuestra forma de procesar la información, y por lo tanto en desarrollo de nuestra vida.

Gestión del estado interno y de los recursos: disponer de la capacidad de crear en nosotros mismos y en otras personas recursos de éxito. Ejemplo: seguridad, éxito, calma, disciplina, fuerza etc. Esto nos ayudará a tener el estado interno que deseemos y proceda para la situación y el contexto en el que nos encontremos. Como dijimos anteriormente, a esto se le llaman anclajes.

Modelado: los comportamientos de otra persona pueden ser moldeados mediante la observación y análisis de los procesos de dicha persona, para poder implementarlos en nosotros mismos, de cara a obtener unos resultados similares. Hablando en cristiano, “copiar” los procesos mentales de las personas que hagan muy bien “x” actividad para obtener un resultado lo más similar posible.

Coaching: todo esto podemos bien aplicárnoslo a nosotros mismos o a otras personas. De hay que la PNL sea actualmente la herramienta más valorada en el mundo del coaching
 
 

 

QUE ES LA PNL??


 


La Programación Neurolingüística es un conjunto de herramientas para la comunicación, el aprendizaje, el crecimiento personal y los procesos de cambio.  Es un conjunto de modelos que pretenden describir la conducta humana, es decir, que te permiten construir un modelo de cómo pesamos, cómo sentimos, cómo actuamos y cómo interpretamos el mundo; y el modo en que lo traducimos en forma de lenguaje.

La PNL no se trata en una serie de técnicas milagrosas para conseguir cambios en las personas, se trata más bien de describir cómo funcionan las estructuras que conforman la mente humana.

La efectividad de la PNL se basa en el entendimiento de estas estructuras.

Lo que permite producir cambios profundos en los individuos es entender los mecanismos específicos y característicos que tiene cada uno para poder alcanzar un efecto real sobre ellos.

Programación: Nuestra mente funciona en base a una serie de patrones “programas” aprendidos en base a nuestros recuerdos, experiencias y creencias. Por lo tanto, estos “programas” mentales pueden ser  observados y modificados, podemos “reprogramarlos”.

Neuro: nuestro cerebro y nuestras neuronas contienen nuestras referencias (memoria) y procesos (estrategias), que son las que van a determinar nuestro comportamiento y como nos sentimos emocionalmente. La “reprogramación” no es otra cosa que modificar estas referencias y procesos, estableciendo nueva información en el cerebro y nuevas conexiones neuronales. Esto modicará nuestro comportamiento y emociones frente a las situaciones, y evidentemente con la PNL buscaremos una mejora en la reprogramación.

Lingüistica: los procesos y memorias de nuestra mente pueden ser codificados y descritos en distintos lenguajes. Internamente nuestro cerebro procesa la información como imágenes, sonidos y sensaciones, y esta información la expresamos externamente con nuestras palabras y el lenguaje corporal. La PNL ha descubierto que cada individuo tiene una preferencia de lenguaje a la hora de procesar la información. Las imágenes, sonidos y sensaciones serán las herramientas que nos permitirán acceder y modificar nuestras referencias y procesos.
La PNL ha demostrado que además de para comunicarnos con otras personas, el lenguaje lo utilizamos para ordenar los pensamientos, la ideas y emociones. Utilizamos el lenguaje para comunicarnos con nosotros mismos. Esto ha hecho que tomemos mayor conciencia de las posibilidades del lenguaje, ya que no podemos cambiar una conducta sin tener en cuenta la emoción y el pensamiento del que proceden.