La autoestima podemos definirla como la valoración que hacemos de nosotros mismos a partir de las experiencias y sensaciones que hemos experimentando a lo largo de la vida. De ella dependen en gran medida las expectativas que tenemos sobre nosotros mismos y el autoconcepto, ese aspecto fundamental para triunfar en aquello que nos proponemos.
El desarrollo de la
autoestima
Nadie nace con un nivel de autoestima
determinado. La autoestima se va desarrollando a lo largo de nuestra
existencia. Para ello intervienen diversos factores que se podrían clasificar
en dos grandes grupos:
Factores ambientales o perienciales (el contexto): los acontecimientos,
anécdotas, circunstancias, etcétera que vivimos a lo largo de nuestra vida son
algunos de los componentes principales que influyen de manera determinante en
nuestro nivel de autoestima, haciendo que esta sea alta o baja. Dentro de este
grupo se incluye también nuestra forma de resolver los problemas y el resultado
de la misma, que nos hará sentirnos personas más o menos competentes ante la
adversidad. También dentro de este grupo de factores destacan las personas que
nos rodean. La gente que forma parte de nuestra vida, su manera de tratarnos,
los mensajes que nos dan… pueden hacer que aprendamos a vernos de una forma
determinada. Ejemplo de ello es cuando muchas veces nos damos cuenta de estar
repitiéndonos los mismos mensajes que nos daban nuestros padres o profesores o
que nos dan en la actualidad nuestros amigos o nuestra pareja. En muchos casos,
ellos son la voz interior de nuestra
autoestima.
factores cognitivos
(nuestra mente): tan importante es lo que nos pasa en la vida como la interpretación que le
damos a lo ocurrido. En este sentido, la explicación que damos a nuestros
éxitos y fracasos influirá de forma muy importante en nuestra autoestima. Todo
ello tiene que ver con el terreno de las atribuciones. Por ejemplo, no es lo
mismo creer que hemos aprobado un examen por suerte, que creer que lo hemos
conseguido gracias a nuestro esfuerzo. Al mismo tiempo, la forma de ver el
mundo influirá enormemente en cómo nos sintamos y dicho sentimiento afectará a
su vez a nuestros niveles de autoestima. Por ejemplo, hay personas que ante un
mínimo error ya consideran que todo lo hacen mal dejando su autoestima a
niveles muy bajos.
Estos elementos dan lugar por lo tanto a
nuestra autoestima, la cual se compone a su vez de diferentes partes, que no
tienen por qué estar relacionadas entre sí, y que tienen que ver con “lo que es
una persona”: la autoestima intelectual, física, social, familiar, profesional,
etcétera. Estos componentes tienen que ver con cómo nos vemos en distintos
ámbitos de nuestra vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario