viernes, 26 de septiembre de 2014

TE SIENTES CULPABLE?


La culpa es una de las emociones más comunes.
También es una de las que más nos desgasta y daña de manera importante, nuestra autoestima.
Todos nos hemos sentido culpables en más de una ocasión.
La culpa surge cuando pensamos que hicimos algo malo.
O cuando creemos que deberíamos haber hecho algo y no lo realizamos.
 
 
Podemos hablar de dos tipos de culpa:
• Positiva,
• negativa.
 
La primera es aquella que nos sirve para darnos cuenta de que actuamos mal, nos permite analizar y corregir nuestra conducta y aprender de lo que sucedió.
En este caso más que hablar de culpa, hablamos de responsabilidad.
La culpa negativa es aquella que nos lleva a pensar y repensar en lo que estuvo mal y en cómo nuestra conducta demuestra que somos malos, tontos, etc.
Reconocemos lo mal que nos sentimos, pero no hacemos nada al respecto.
Sólo recordamos y revivimos la situación una y otra vez y en cada ocasión nos devaluamos, disminuyendo nuestra autoestima.
Este tipo de culpa:

1. Es inútil,
2. afecta nuestra salud física y emocional y
3. nos paraliza, es decir, nos impide actuar.

Generalmente pensamos que una mala acción provoca culpa.
Pero no siempre es así
¿Has notado que, ante una misma conducta o situación, no todas las personas se sienten culpables?
¿Sabes a que se debe esta diferencia?
La culpa no está provocada por lo que hacemos, sino por la manera en que consideramos una situación y nos calificamos por ella.

¿Te has dado cuenta que hay personas que se siguen sintiendo culpables por algo que sucedió hace muchos años?
¿Crees que esa culpa los ha beneficiado?
El problema no está en reconocer que actuamos mal o que le causamos daño a alguien.
Si nos detenemos en este punto y a partir de ellos corregimos, está bien.
Ese reconocimiento es indispensable para poder relacionarnos y para tener una vida mejor.
El problema es que decimos:
Hice… y está mal.
No debería haberlo hecho, por lo tanto yo soy…
Nos ponemos una etiqueta negativa y nuestro pensamiento gira y gira alrededor de esa etiqueta, devaluándonos y disminuyendo nuestra autoestima.
La culpa surge cuando nos calificamos por nuestras acciones, pensamientos y sentimientos.
¿Pero te has dado cuenta, cuantas veces estás juzgando con parámetros o valores de otras personas, que no se aplican a ti, que ya son obsoletos o imposibles de cumplir en esta época?

No hay comentarios:

Publicar un comentario